Lara de Miguel: “Mi sueño es dar trabajo a mis amigos”

Ángel Caballero/Mira a cámara
Su rostro no es desconocido para la pequeña pantalla. Había tabajado en programas infantiles pero fue la serie Compañeros la que le aportó fama entre el público adolescente. Después de haber actuado a las órdenes de Vicente Aranda, en Canciones de amor en el Lolita´s Club, y trabajar en la serie Dos de mayo, Lara de Miguel (Madrid, 08/10/80), afronta nuevos retos profesionales con un texto de Cervantes y protagonizando el último corto de David Trueba.

Mira a cámara: ¿La televisión fue tu escuela?
Lara de Miguel: Para mí, lo fue. Empecé en la tele muy joven y aprendí trabajando. Cuando crecí quise completar esa formación haciendo cursos de dicción e interpretación.
M.a.c.: Después de Compañeros, ¿fue difícil seguir con tu carrera como actriz?
L.d.M.: Tuve un parón que aproveché para seguir formándome. Poco después hice una serie que se llamaba Un lugar en el mundo. Estaba rodada en cine, con un equipo maravilloso, pero como la televisión es así…. emitimos tres semanas y la retiraron.
M.a.c.: ¿En algún momento se te subió la popularidad a la cabeza?
L.d.M.: La fama es peligrosa, pero tuvimos suerte porque a todos nos pilló por sorpresa, nos llevábamos muy bien y mantuvimos siempre los pies en la tierra. Hace poco nos volvieron a juntar a todo el reparto de Compañeros, para grabar un capitulo de Cuenta Atrás y fue como si no hubiera pasado el tiempo. Recuerdo que había muchas cosas que no podía hacer, hoy agradezco esa pequeña parcela de intimidad que todos necesitamos.
M.a.c.: ¿Qué se puede hacer para convertir un personaje pequeño en grande?
L.d.M.: Creo que no existen los personajes pequeños. Todos y cada uno de ellos tienen su importancia. Me considero afortunada porque la mayoría de mis personajes han sido muy bonitos.
M.a.c.: ¿Qué es más complicado, componer un personaje episódico o fijo?
L.d.M.: Los episódicos son complicados para cualquier actor, porque es llegar a un rodaje que lleva un tiempo en marcha donde hay un cierto clima de trabajo creado en el que tú tienes que encajar. Con un personaje fijo tienes más tiempo para crear y desarrollarlo.
M.a.c.: ¿Tienes alguna manía de actriz?
L.d.M.: No. Como todos, necesito un segundo de concentración antes de empezar a rodar pero nada más. Tienes que tener una implicación y una responsabilidad pero también hay que tomárselo con un poco de calma y disfrutar con lo que estás haciendo.
M.a.c.: ¿Existe la rivalidad entre actores?
L.d.M: En mi caso, no. Es una profesión muy difícil y cualquier compañero que esté luchando por dedicarse a esto merece todo mi respeto.
M.a.c.: Ser guapa, ¿suma o resta?
L.d.M.: He escuchado comentarios del tipo: no encaja para este papel porque es muy guapa, porque no es lo suficientemente guapa, o es baja… Me parecen excusas. No sería el personaje apropiado, el momento y no era la chica que buscaban. No hay que darle más importancia de la que tiene.
M.a.c.: ¿Te gustaría volver a trabajar con Aranda?
L.d.M.: Por supuesto. Fue una de las experiencias más bonitas de mi carrera. Vicente es una persona muy amable, inteligente, siempre está aportando ideas a los actores… es como una enciclopedia de cine. Los fines de semana montaba lo que habíamos rodado durante la semana y el lunes volvía con nuevas propuestas e ideas. Fue un rodaje precioso donde me sentí muy cómoda. Lo recuerdo con mucho cariño.
M.a.c.: ¿Qué proyectos tienes a la vista?
L.d.M.: Acabo de terminar la gira del entremés El viejo celoso de Cervantes y ahora estamos ensayando La cueva de Salamanca. También he rodado un corto con David Trueba y grabado un videoclip para Adolfo Viguera.
M.a.c.: ¿Qué opinión te merece el actual cine español?
L.d.M.: Creo que hay que potenciarlo más. Tenemos que luchar porque hay gente muy buena y con muchas ganas de trabajar pero no hay nadie que les den la oportunidad. Mi sueño sería tener mucho dinero para crear una productora y darles trabajo a todos mis amigos.